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  1. Palabras

    miércoles, 28 de noviembre de 2012


    Una mañana te despiertas y no sabes si las cosas serán igual, la incertidumbre corroe cada centímetro de tu cuerpo, comienzas a sentir una presión en el pecho; cada momento se va agudizando, hasta que piensas que ya no puedes respirar. No puedes emitir palabra alguna, intentas hablar, tu cerebro sabe a la perfección lo que deseas decir, pero no logras articular. Un sudor frío comienza a recorrer tu rostro, las manos quieren hacer lo propio pero algo se los impide.

    No hay nada que decir, cuando las cartas están sobre la mesa, cuando la decisión fue tomada, cuando tu mismo te ahorcaste con las palabras que emitiste en alguna ocasión por miedo a ser herido. Pero ¿Qué es lo que realmente hubieras hecho?, ¿Hubieras podido ser indiferente ante tal situación?. Me gustaría decir que estoy seguro, pero al menos esta ocasión aprendí a no decir nada de lo que no estoy seguro. A cerrar esta boca que así como tantas veces acerca, también sabe alejar la muy estúpida.

    ¿Cuántas veces no hemos dicho lo que hemos pensado, o siquiera lo que hemos querido realmente decir?. Así como las palabras matan, reaniman; así como el silencio reconforta, perjudica; así como puedes ser la persona mas inteligente del mundo, y no poder actuar de la misma manera. Quiero utilizar de esas palabras, de esas que no uso muy seguido, de esas palabras que cortan el silencio; si el silencio: ese sonido que consideras aberrante que entra a tus oídos, que intenta darte un mensaje, que intenta mostrarte cuanto realmente han sufrido, cuanto desean que esto pare.

    Estas palabras saben que han hecho daño, saben que no han dado lo mejor de si, que intentan explicar pero no saben ser entendidas. Estas palabras realmente quieren dar lo mejor de si, quieren cruzarse con otras, quieren poder decirte todo, absolutamente todo. Estas palabras solo quieren decir, que aman, que extrañan, que quieren ser escuchadas por tus oídos, que quieren realmente llegar a tu alma, y nunca salir de ahí.

    Nada es más cierto que ese viejo dicho: “Nadie sabe lo que tiene, hasta que lo ve perdido”, pero me gustaría agregar: “Pero cuando lo recupere, nunca lo volverá a perder”. Puede sonar tonto o hasta osado, todo depende -¿de qué?- no lo se.